Aunque la formación y la práctica del buen juicio no son garantía absoluta del triunfo en la vida, la virtud o el éxito económico, ciertamente sí aumentan las probabilidades de que esto ocurra.
¿Qué nos hace entonces, buenos tomadores de decisiones en el ejercicio de la dirección de empresas? ¿Cuáles son los cimientos de un excelente tomador de decisiones?
Revelar las habilidades del conocimiento y disposiciones de la voluntad que necesitan ser desarrolladas en todo directivo, además de proveer un “framework” claro y sencillo, a través del cual se organizará el proceso de toma de decisiones, permitiendo asertividad y eficacia aún en condiciones inciertas, cambiantes y complejas del mundo actual. Esto nos llevará a construir un abanico de habilidades y disposiciones necesarias en todo buen tomador de decisiones directivas, el cual se constituirá en un valioso instrumento de autodiagnóstico para el desarrollo de hábitos y actitudes adecuadas a largo plazo.